CONSUMO SOLIDARIO
E
UCLIDES ANDRÉ MANCE1. Concepto
Significa consumir bienes o servicios que sirvan a las necesidades
y deseos del consumidor, buscando: (a) realizar su libre bienvivir
personal; (b) promover el bienvivir de los trabajadores que elaboran,
distribuyen y comercializan dicho producto o servicio; (c) mantener
el equilibrio de los ecosistemas; (d) contribuir a la construcción de
sociedades justas y solidarias.
2. Definición analítica
El consumo es la instancia final del proceso productivo. Teóricamente,
el proceso de producción se organiza en función del consumo,
aunque en las sociedades capitalistas el consumo mismo es concebido
sólo como una mediación para el círculo de la producción, para la
conversión del valor económico objetivo en valor económico general,
tornando viable la realización del lucro y la acumulación de la plusvalía.
El consumo como tal puede ser analizado en tanto
consumo productivo(consumo de insumos, energía, etc.), para la realización de un bien
o servicio y, como
producto, utilización del bien o servicio.
Entre otras clasificaciones, el consumo puede ser desdoblado en
cuatro clases: alienado, compulsivo, para el bienvivir y solidario.
El
de las semiosis publicitarias. La mercancía, en este caso,
fundamentalmente cumple el papel de objeto soporte, y adquiere
una forma modelo a través de diversas semióticas que la asocian
imaginariamente a propiedades extrínsecas que ella no tiene, pero
consumo final, entendido como terminación delconsumo alienado se refiere al consumo practicado bajo influencia80
LA OTRA ECONOMÍA
por las cuales es interpretada y consumida. Generando deseos y fantasías,
las propagandas motivan a que uno compre los productos,
asociándolos a otros elementos, situaciones o identidades que a las
personas les gustaría tener, disfrutar o ser. Al comprar los productos,
en tanto, uno asegura la realización del lucro, y completa así el círculo
de la producción capitalista.
El
satisfacer las necesidades biológicas, culturales y situacionales y que
se da cuando uno cuenta con pocos recursos para atenderlas o no
tiene alternativas para elegir. En este caso, cuando la persona realiza
sus compras, siempre busca lo que es más barato, aunque el producto
sea de mala calidad. Lo que importa es llevarse a casa la mayor
cantidad posible de mercadería. Aquí, las personas no están preocupadas
por la calidad del producto ni por las marcas famosas, sino en
maximizar la cantidad de lo que podrán comprar con el mismo dinero.
En otro ejemplo, si el único modo de ir a algún lugar es pasar por
una autopista bloqueada por un peaje y no tenemos otra elección
más que pagarlo para pasar por la ruta, ahí entonces se lleva a cabo
un consumo compulsivo.
El
por los artificios publicitarios y, por tener recursos que posibilitan
elegir qué comprar, elige aquellos productos y servicios que sean
satisfactorios para realizar el propio bienestar, y se garantiza su singularidad
como ser humano.
Finalmente, el
del propio bienvivir personal, sino también del bienvivir colectivo,
favoreciendo a los trabajadores que produjeron dicho bien o servicio
y el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas. Se trata, así,
del consumo en el que uno prefiere los productos y servicios de la
economía solidaria en vez de consumir productos de empresas que
explotan a los trabajadores y degradan los ecosistemas. El consumo
solidario también es practicado con miras a contribuir para la creación
de puestos de trabajo que puedan ser ocupados por los que
están desempleados, garantizándoles condiciones de vida dignas; para
preservar el equilibrio de los ecosistemas y para mejorar el nivel de
consumo compulsivo es aquél que uno tiene que realizar paraconsumo para el bienvivir ocurre cuando uno no se deja engañarconsumo solidario es practicado en función no sólo81
CONSUMO SOLIDARIO
ingresos de todos los que participan de las redes solidarias, combatiendo,
de ese modo, la exclusión social y la degradación ambiental.
3. Importancia actual
El consumo solidario de los productos y servicios de las redes
posibilita que sus emprendimientos vendan la totalidad de su producción,
ampliando el excedente logrado y sus posibilidades de
reinversión colectiva en la implementación de otras iniciativas solidarias,
generando, por lo tanto, nuevos puestos de trabajo y posibilitando
la producción de otros bienes y servicios todavía no disponibles
en esas redes. Se asegura así una mayor oferta de bienes y servicios
a los consumidores tanto en lo que se refiere a diversidad y calidad,
como a la distribución del ingreso a través de la incorporación de
más personas al proceso productivo, lo que, a su vez, posibilita el
aumento de la demanda y la satisfacción producida por productos
finales, preservándose el equilibrio de los ecosistemas.
El concepto de consumo solidario sustituye la noción de
crítico
tomas de posición de los movimientos ecologistas y de defensa de los
consumidores. Bajo la lógica del consumo crítico, cada acto de consumo
es un gesto de dimensión planetaria, que puede transformar al
consumidor en un cómplice de acciones inhumanas y ecológicamente
perjudiciales –de modo que el consumo puede ser contaminante,
insustentable y opresivo–. No se trata solamente de considerar al desecho
final derivado del consumo –paquetes, envoltorios, etc.–, sino también
el impacto ambiental del propio proceso productivo, que puede
ser insustentable, provocando fenómenos tanto de agotamiento de recursos,
como de alteraciones dañosas a los ecosistemas locales y planetario,
como la ampliación del agujero en la capa de ozono, el efecto
invernadero, la alteración de las corrientes marítimas, las lluvias ácidas,
etcétera, cuyas consecuencias son dramáticas para las poblaciones
y para el planeta como un todo. Además, el consumo puede
configurarse como una forma de connivencia con la opresión y la
injusticia, a medida que consumimos productos que provienen de actividades
productivas inhumanas a las que están sometidos los trabajadores
y trabajadoras, e incluso los niños. Frente a esta situación, y
considerando el aspecto ecológico, se propone al consumidor las fa
consumo, desarrollado en las últimas décadas, el cual se originó en las82LA OTRA ECONOMÍA
mosas 4R: (a)
gasten recursos no renovables, etc.; b)
través del reciclaje
abandonando las modas, adquiriendo productos usados, etc.; d) reparar
los bienes que se rompen, aumentando su vida útil. Además, se
propone no desperdiciar energía (petróleo y otros recursos); mantener
una posición defensiva en los supermercados (en lo que se refiere a la
música ambiente, exposición de los objetos, envíos a domicilio, facilidades
para el pago, publicidades y otros elementos que buscan activar
el consumo de bienes que, en verdad, no serían indispensables); fomentar
los servicios colectivos –en particular el uso del transporte
público– o la utilización colectiva de equipamientos, tales como lavarropas,
computadoras, etc.; por fin, superar el miedo a la austeridad, es
decir, darse cuenta de que es posible vivir confortablemente, con menos
objetos y utensilios que no aportan nada significativo a las mediaciones
que necesitamos para el bienvivir.
Para presionar a las empresas con el fin de que tengan prácticas socialmente
justas y ecológicamente sustentables, los consumidores tienen a su
disposición dos instrumentos para condicionarlas hacia la adopción de
determinados criterios de producción y comercio: el boicot y el mencionado
consumo crítico. El
temporaria de la adquisición de uno o más productos para hacer que la
sociedad productora abandone ciertos comportamientos” (CNMDS, 1998).
A su vez, el
vez que incurrimos en algún gasto, frente a todo lo que compramos.
Concretamente, el consumo crítico consiste en elegir bien los productos
basándose no sólo en el precio y en la calidad de los mismos, sino también
en su historia y la de los productos similares, y en el comportamiento de
las empresas que los ofrecen” (CNMDS, 1998). De este modo, el consumo
crítico se sostiene sobre la evaluación de los productos y de las empresas
que los elaboran, y permite al consumidor que sus elecciones sean guiadas
por criterios conscientes que consideren además de las calidades técnicas
de los productos y sus similares, los impactos de su producción y consumo
desde una perspectiva económica, ética y ecológica.
El consumo crítico se diferencia del consumo solidario ya que es
posible practicarlo comprando productos de empresas capitalistas o
de empresas solidarias, al tiempo que el consumo solidario solamente
es viable de ser practicado cuando uno compra productos y servicios
provenientes de la economía solidaria.
reducir el consumo de ítem inútiles, descartables, querecuperar lo que sea posible a; c) recuperar los bienes a través de su re-utilización,boicot consiste en la “interrupción organizada yconsumo crítico es “una postura permanente de elección, cada83
CONSUMO SOLIDARIO
4. Evaluación crítica
La difusión del consumo solidario es uno de los elementos centrales
para la estrategia de expansión de las redes de colaboración o de
cierta parte de las redes de economía solidaria. La difusión de ese
tipo de consumo posibilitaría a los emprendimientos la venta de toda
su producción y la generación de excedentes que, reinvertidos colectivamente,
permitirían emprender nuevas iniciativas autogeneradas
remontando las cadenas productivas y expandiendo las redes,
diversificando las ofertas y ampliando su número de consumidores.
Las principales objeciones a la práctica del consumo solidario son dos,
en tanto estrategia de enfrentamiento de la reproducción del capitalismo.
La primera sostiene que la realización del consumo solidario “presupone
un conocimiento previo respecto de cada producto –pasando
por quién los produjo, la forma en que lo hizo, el material utilizado
hasta los impactos de la producción y consumo de dichos productos
en el medio ambiente y en la sociedad–, algo que es imposible de
tener” (Assmann y Mo Sung, 2000). La segunda afirma que “al proteger
las pequeñas unidades solidarias de producción,
solidario les ahorra la necesidad de actualizarse técnicamente, llevándolas
a un cierto acomodo en una posición de inferioridad, en la
que terminan vegetando
En lo que concierne a la primera objeción, es posible representar
fácilmente, en una única etiqueta, los aspectos solidarios y ecológicos
de cualquier producto o servicio, tomando en consideración toda
su cadena productiva. Una etiqueta de este tipo está compuesta de
una figura dividida en tres partes, reservadas a los aspectos de:
insumos, producción y comercialización, de modo que cada parte
esté subdividida en otras dos que se refieran a las propiedades solidarias
y ecológicas de los insumos, de la producción y de la comercialización.
Cada uno de esos seis espacios, a su vez, puede ser
rellenado, en diferentes proporciones, con colores distintos que indiquen
la afirmación, negación o desconocimiento de dicha propiedad.
La proporción en la que se van a rellenar los casilleros puede corresponder
tanto al valor relativo de los costos, los diferentes ítem de
ciertos campos, como seguir niveles preestablecidos por las redes.
el consumo” (Singer, 2002).84
LA OTRA ECONOMÍA
Tomando en consideración las diversas escalas de esas proporciones,
se pueden elaborar códigos de barras capaces de almacenar las
informaciones de las cadenas productivas particulares a cada producto,
como en el ejemplo del código simplificado que se representa.
En la primera parte de la barra está la especificación del carácter
solidario
Así, cuanto más próximas del 9 estén las barras de la primera
parte, más ecológico y solidario será el producto. Cuanto más
próximas del 9 estén las barras de la segunda parte, menos solidario
y ecológico. En ambas partes, el primer par de dígitos se refiere a los
insumos, el segundo a la producción y el tercero al comercio. En
cada par, el primer número indica la propiedad ecológica y el segundo
la solidaria.
Por lo tanto, sólo hay que considerar la utilización de los insumos
diversos en la composición del producto final para generar las proporciones
correspondientes a la nueva etiqueta para determinado
producto.
y ecológico y en la segunda parte lo no-solidario y noecológico.85
CONSUMO SOLIDARIO
La segunda objeción no considera que el consumo solidario es
una forma de consumo para el bienvivir. A medida que el producto
le garantiza al consumidor su bienestar y el proceso productivo les
garantiza el bienvivir a los productores y el equilibrio del ecosistema,
no es un problema el que sea mantenido bajo tales parámetros de
sustentabilidad técnica, social y ecológica. No obstante, si el producto
deja de satisfacer al bienvivir de los consumidores, debido al refinamiento
de la sensibilidad de éstos, o porque el proceso productivo
inviabiliza la creación de más tiempo libre, considerando el desarrollo
tecnológico ya alcanzado socialmente, entonces a las redes solidarias
les corresponderá promover las transformaciones requeridas
para que los nuevos niveles del bienvivir tecnológicamente posibles,
socialmente demandadas y ecológicamente sustentables sean adoptados
en los emprendimientos, dado que ello es ventajoso tanto para
los consumidores como para los trabajadores.
Bibliografía
Assmann, H., Mo Sung, J.,
educar para a esperança
Centro Nuovo Modello di Sviluppo,
CNMDS, 1998.
Mance, E. A.,
Mance, E. A.,
Singer, P.,
Perseu Abramo, 2002.
Competência e sensibilidade solidária:, Petrópolis, Vozes, 2000.Guida al consumo critico, Bologna,A revolução das redes, Petrópolis, Vozes, 2000.Redes de colaboração solidária, Petrópolis, Vozes, 2001.Introdução à economia solidária, São Paulo, FundaçãoI.
Solidario/Ecológico ❘ P. ❘ C. ❘❘ I. ❘ P. ❘ C.❘❘ No-solidario/No-ecológico
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